Lunes 14 de enero del 2013, sé que son alrededor de las 5 y algo más de la tarde. No acostumbro estar así a esta altura del año y mucho menos a esta hora, donde normalmente, si me siento abrumada o desesperada por las avispas que alborotan mi mente, huyo e invado realidades ajenas. Pero ahora no sé qué sucede, me siento aislada,  perdida, desolada y devastada y hasta un poco humillada; algo así como una nota musical en medio de números o un cuadro del esquizofrénico de Van Gogh.

Pero la verdad necesito llorarte para poder renunciar a ti… por lo menos intentarlo o hacerme la triste idea. Quisiera tan solo que el calor reaccione y me haga sentir su sensación y no ese frío interno agudo que hiere hasta el odio que no siento pero que a veces quisiera sentir para no ser tan vulnerable.

Mi mente está en bloques, no puedo lograr evocarla por completo. 

Te necesito pero no puedo hacer ese deseo fulgurante ni mostrarme débil.

No debí haber etiquetado esto… por la puta madre que no debí!

Manoah… solo mis sueños, mi almohada y mis escritos saben de ti, siendo la oscuridad testigo del reino de imaginación al que me entrego cuando pienso en ti.

Pero todo en la realidad es contrario. No sé cómo demostrarte esto, cómo si quiera no parecer tonta al hablarte.

Necesito desaparecer, darme espacio y por perdida para que la realidad comience a asimilar tu espacio vacío…. vacío porque así tú lo decidiste. A veces te necesito, otras me lleno de cólera y rabia pero tan solo me queda hablarle de ti a mi mente y contentarla con esa cita que quedó planificada sólo en mis sueños, sin fecha, hora ni ligar pero con los dos puntuales.

Yo y mis malditos pensamientos de seguir idealizando algo que hacía nada va. Ideas torpes, ilusas, suicidas… estoy tranquila, no pienso asustar a mi terapeuta de nuevo, no a ese patán que sólo quiere hacerme ver que estoy loca, que dramatizo todo y que sólo necesito dormir.

Pienso seguir aferrándome a la idea de que todo está por cambiar; nos estancamos en la introducción, pero a penas pasamos la primera hoja de la historia, todo llegó a su fin. Un libro de pocas hojas… ningún buen escritor hace eso…. no, no pienso ser yo la excepción. 



0 hh!:

Publicar un comentario

 

Copyright © 2013 Mucha mierda y un café | Design by Tuwet.com