Estoy en coma… con vida pero en coma. Ya no puedo siquiera pensarte, mi cerebro se rehúsa a creer el monstruo en el que te convertiste o que tal vez siempre fuiste pero que mis ojos de idiota jamás aceptaron ver. Dime, Manoah, ¿aún hay algo del cerebro que me ató a ti o eso también fue una pantalla?
Lamento seguir escribiendo en tu nombre y seguir dándote lástima con mi teatro de mujer dramática.
Desde hace un par de días la luna le está ganando a este sol de verano que no me calienta para aparecer más temprano por mi ventana, de seguro que por allá también llegó la noticia de mis súplicas porque, cada que pienso en ti, un suspiro con alas sale de mi interior y se eleva a llevar noticias mías al cielo.
Tal parece que lo único que necesito para que tu recuerdo descanse en paz en mi interior son explicaciones… explicaciones que, por más que deseé, jamás vinieron de tu parte.
¿Por qué decir cosas sin sentirlas? ¿Por qué crear sentimientos si no dejarás que te lleven a ninguna parte? Duele reconocer que el infierno está lleno de buenas intenciones. Todo se convirtió en mi guerra virtual personal pero tu recuerdo sigue como mi fiel compañero cuando voy a dormir.
Explicaciones. Alguien me las tenía que dar para poder comenzar a dejar todo esto atrás.
No, no es verdad. Sé que Manoah no es así, es mentira! Jaa… conciencia reacciona por favor y calla la respuesta anticipada de mi mente. Aquel Manoah de tu mundo feliz y tu ideales no es así, pero el real de carne y hueso se ha convertido en tu demonio personal.
A veces siento la desconexión de mi mente y lapicero de mis deseos; las dos primeras están confabuladas para seguir padeciendo atada a ti pero no, mis deseos de vislumbrarte ya lejano de una buena vez tienen que seguir batallando y yo estaré de su lado.
La información recibida choca contra mi cerebro, este se niega a creer lo que oye pero mi inconsciente se defiende y reacciona haciéndome hablar y llenándome de rabia, cólera, despecho. Maldigo en tu nombre y te doy adjetivos que jamás pensé que reemplazarían tu nombre o que lo antepondrían.
Pero tranquilo Manoah, tú sigues intacto en el lugar que sea que te he situado.
Sólo sonríe hasta que te creas esa sonrisa, me dijo un buen amigo mientras le lloraba tu recuerdo.
0 hh!:
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