Pensando en ti se me pasan sin saberlo las horas,
te busco en mi mente, lugar donde desnudo te escondes
y recreo en silencio esa dulce y viril sonrisa de hombre
con que me cautivaste esa tarde en que nos vimos a solas.
Recuerdo tus ojos que sin pestañear fijamente me miraban
y mi piel que al darse cuenta, estremecida temblaba.
Recuerdo a tu boca y a la mía hablando a un tiempo,
con palabras entrecortadas y labios sonriendo.
Repito en voz baja nuestra difícil despedida de entonces,
con la promesa de encontrarnos cada nuevo atardecer
a esa hora callada en que el día moribundo se hace poema
y el sol, enrojecido de amor, ya no quiere dejarse ver.
Desde el día bendito en que te hiciste parte de mi mundo,
mi alma tuvo la certeza de que nunca podría dejarte partir,
temiendo en que tú no volvieras, se arrancó volando a tu pecho
y prendida allí como una medalla al valor, me dejó por ti.
Han pasado los años y sedientos nos buscamos cada noche oscura
amándonos con ansias desesperadas a la tenue luz de la luna,
despertando muy juntos y abrazados cada nueva madrugada.
Entre lágrimas saladas aprendí que yo no puedo vivir sin tus besos
y desde entonces las noches en que estás lejos, te sueño en mi lecho.
María Elena Astorquiza V.
http://www.youtube.com/watch?v=HGWMZmea4i8
Posdata: Gracias a aquel anónimo por aquellas palabras. Me halaga en demasía que mis escritos les gusten (:
0 hh!:
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