Aún no logro entender qué le haz hecho a mi atolondrado corazón. Necesito dormir ya! y me siento tonta, como una niña de 15 años. No dejo de pensarte, de acariciarte con canciones, de recitar versos de la nada y conversarle a tu foto anclada a mi portátil.
Llévame a la playa; un día en medio de la semana a la hora que sea, llévame a la playa para que todo sea perfecto y deje a este estúpido mundo de lado para conversar con tu mirada equidistante pero cercana que por eso te sueño, porque a tu lado todo se vuelve alternativo.
Sabrás tú excusarme, no puedo tenerme tanto tiempo lejos de ti, porque sé ahora que hay cosas que desde hace mucho pueden ser reales, que mi miedo una vez más se vino abajo y me arriesgué para ganar sí o sí. No sé en qué momento me volví hábil para aprender a llegarte.
Sigue así, por favor; juega entre el sol y la luna que, al fin y al cabo, ambos me alumbran, con ambos converso sobre ti en el pequeño mundo trazado rápidamente con carboncillo en una hoja de reciclaje pero que me ha mantenido viva y saciada de ti.
Por favor, déjame contarte mi vida, permíteme escabullirme en la tuya de a pocos.
Llévame a la playa, porque amo la playa en este frío. Porque amo al invierno y más si es a tu lado.
0 hh!:
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