Está bien que no te extrañe, está bien si no me extrañas; todo va siendo tema superado. Intento convencerme que eso está bien: lo pienso, así no lo sienta.
Intento no volver a toparme con el silencio que solía ser tan amistoso con tu nombre y tu recuerdo, que llegó a convertirse en mi aliado en aquellos días en que era feliz son tenerte y sin saberlo; no te tenía, pero yo era feliz. Ahora no te tengo y me he convertido en una triste alma abandonada en la desdicha.
No me topo con el silencio porque es desgarrados. Produzco sonidos de la nada: TV encendida, portátil con algún videíto, radio en alguna dial decente, ventanas abiertas intoxicándome con el ruido de los carros… todo eso y más para no pensarte, no recordarte, no sentirte tácito, no respirarte.
Sobre todo no respirarte, no sentir esos malditos cuetecillos que me invaden, que hacen que mis pulmones casi revienten. Pero se me hace imposible, cariño. Este dolor que lleva por tema principal tu nombre y apellido se siente bien, me hace sentir viva, me encanta respirarte, sentirte imaginariamente… punzadas que duelen pero que me hacen feliz; te respiro tanto que hasta mis párpados sienten envidia. Te respiro enteramente; te respira cada sonrisa que esbozo pensando en ti, te respiro con el alma, corazón y con todo lo que pueda, incluso con lo que no rima.
No, ya no te quiero; no te ame. Sólo mi cordura bajó la guardia y te dejó entrar. Pero sigue regalándome la dicha de verte; será como tú quieras, como me lo permitas, pero déjame verte. No sé si para continuar olvidando rompiendo mis ilusiones o para seguir pensando que eres el indicado por el cuál luchar.
Te necesito, maldición! Te necesito tanto que me asusto. Me asusta la forma en que me entiendes, cómo es que logras que hable de mi vida sintiéndome cómoda.
Por favor, no me ignores. Te quisiera decir lo que pienso algún día en persona pero no hablando con tu espalda, si no mirando directo a esos negros ojos que me hacían quedarme en blanco cuando los miraba. Todo opuesto, todo al revés para que no duela.
0 hh!:
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