Miércoles 24 de abril de 2013, el día prácticamente acaba de empezar; son las 2.31 am y escucho sin bandera con una razón muy clara.
Te quiero así… con mi rara entereza de querer a la gente.
No te conozco, no hablamos, hemos cruzado miradas, puede que yo malgaste mi tiempo escribiendo sobre ti; pero te quiero así, mi amor de literatura.
He comenzado a idear y mis sueños han vuelto a ser Dios mientras que mis pensamientos siguen siendo mendigos.
http://www.youtube.com/watch?v=CATaBkQKGpw
Pero soy tan tonta que podría esperarte para siempre. Pero quiero creer en la frase del conejo de Alicia en el País de las Maravillas: “a veces para siempre es tan solo un instante”. Porque este amor raspa, duele en algún sitio inubicable, hiere, se lamenta y algo así no puede ser llamado amor. 
Llévame a la playa; un día en medio de la semana a la hora que sea, llévame a la playa para que todo sea perfecto y deje a este estúpido mundo de lado para conversar con tu mirada equidistante pero cercana que por eso te sueño, porque a tu lado todo se vuelve alternativo.
Sabrás tú excusarme, no puedo tenerme tanto tiempo lejos de ti, porque sé ahora que hay cosas que desde hace mucho pueden ser reales, que mi miedo una vez más se vino abajo y me arriesgué para ganar sí o sí. No sé en qué momento me volví hábil para aprender a llegarte.
Sigue así, por favor; juega entre el sol y la luna que, al fin y al cabo, ambos me alumbran, con ambos converso sobre ti en el pequeño mundo trazado rápidamente con carboncillo en una hoja de reciclaje pero que me ha mantenido viva y saciada de ti.
Por favor, déjame contarte mi vida, permíteme escabullirme en la tuya de a pocos.
Llévame a la playa, porque amo la playa en este frío. Porque amo al invierno y más si es a tu lado.
Bastó tan solo un beso en la mejilla como saludo para saber y convencerme que no iba a poder mantenerme tanto tiempo lejos de ti.
Bastó tan solo una palabra escapando de entre tus labios para que todas las conversaciones que tuvimos cuando éramos todo y nada vinieran a mi mente como un alud, arrasando incluso con mi racionalidad y coordinación para hablar, respirar y sonreír.
Bastó que te mirase para reconocer que, aunque todo esto es como un maldito campo minado sigo estando dispuesta a dar todo para tenerte cerca, no como quisiera pero cerca a las finales; sigo estando dispuesta a sufrir un poco más por tu causa… por la única persona que me abrió los ojos para descubrirme, por la única persona de la que no huí cuando me di cuenta que estaba enamorada, por la única persona que me hizo decirme “¿por qué no?”, por la única persona por la que decidí quedarme a ver qué sucedía en el trance que descubría lo que era amar.
Bastó un parpadeo para darme cuenta que todo era real y que estabas frente a mí, viéndome, respirando el mismo aire, unidos aunque sea por risas.
Siempre me pregunté por qué no te conocí antes. Ahora entiendo que tal vez antes no te necesitaba como ahora y que el destino estaba reservándonos de manera peculiar, tal vez no éramos perfectos y nos cruzamos en el momento preciso para darnos cuenta de ello.
http://www.youtube.com/watch?v=c_Tt8C_vpqo
Está bien que no te extrañe, está bien si no me extrañas; todo va siendo tema superado. Intento convencerme que eso está bien: lo pienso, así no lo sienta.
Intento no volver a toparme con el silencio que solía ser tan amistoso con tu nombre y tu recuerdo, que llegó a convertirse en mi aliado en aquellos días en que era feliz son tenerte y sin saberlo; no te tenía, pero yo era feliz. Ahora no te tengo y me he convertido en una triste alma abandonada en la desdicha.
No me topo con el silencio porque es desgarrados. Produzco sonidos de la nada: TV encendida, portátil con algún videíto, radio en alguna dial decente, ventanas abiertas intoxicándome con el ruido de los carros… todo eso y más para no pensarte, no recordarte, no sentirte tácito, no respirarte.
Sobre todo no respirarte, no sentir esos malditos cuetecillos que me invaden, que hacen que mis pulmones casi revienten. Pero se me hace imposible, cariño. Este dolor que lleva por tema principal tu nombre y apellido se siente bien, me hace sentir viva, me encanta respirarte, sentirte imaginariamente… punzadas que duelen pero que me hacen feliz; te respiro tanto que hasta mis párpados sienten envidia. Te respiro enteramente; te respira cada sonrisa que esbozo pensando en ti, te respiro con el alma, corazón y con todo lo que pueda, incluso con lo que no rima.
No, ya no te quiero; no te ame. Sólo mi cordura bajó la guardia y te dejó entrar. Pero sigue regalándome la dicha de verte; será como tú quieras, como me lo permitas, pero déjame verte. No sé si para continuar olvidando rompiendo mis ilusiones o para seguir pensando que eres el indicado por el cuál luchar.
Te necesito, maldición! Te necesito tanto que me asusto. Me asusta la forma en que me entiendes, cómo es que logras que hable de mi vida sintiéndome cómoda.
Por favor, no me ignores. Te quisiera decir lo que pienso algún día en persona pero no hablando con tu espalda, si no mirando directo a esos negros ojos que me hacían quedarme en blanco cuando los miraba. Todo opuesto, todo al revés para que no duela.
http://www.youtube.com/watch?v=1eSfNFmXg2w
Pensando en ti se me pasan sin saberlo las horas,
te busco en mi mente, lugar donde desnudo te escondes
y recreo en silencio esa dulce y viril sonrisa de hombre
con que me cautivaste esa tarde en que nos vimos a solas.
Recuerdo tus ojos que sin pestañear fijamente me miraban
y mi piel que al darse cuenta, estremecida temblaba.
Recuerdo a tu boca y a la mía hablando a un tiempo,
con palabras entrecortadas y labios sonriendo.
Repito en voz baja nuestra difícil despedida de entonces,
con la promesa de encontrarnos cada nuevo atardecer
a esa hora callada en que el día moribundo se hace poema
y el sol, enrojecido de amor, ya no quiere dejarse ver.
Desde el día bendito en que te hiciste parte de mi mundo,
mi alma tuvo la certeza de que nunca podría dejarte partir,
temiendo en que tú no volvieras, se arrancó volando a tu pecho
y prendida allí como una medalla al valor, me dejó por ti.
Han pasado los años y sedientos nos buscamos cada noche oscura
amándonos con ansias desesperadas a la tenue luz de la luna,
despertando muy juntos y abrazados cada nueva madrugada.
Entre lágrimas saladas aprendí que yo no puedo vivir sin tus besos
y desde entonces las noches en que estás lejos, te sueño en mi lecho.
María Elena Astorquiza V.
http://www.youtube.com/watch?v=HGWMZmea4i8
Posdata: Gracias a aquel anónimo por aquellas palabras. Me halaga en demasía que mis escritos les gusten (:
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