Lunes 26 e febrero del 2012 y más o menos deben de ser las 10:00 pm, ya no espero si quiera que sea de madrugada para pensarte porque todos los días llevan un poco de la oscuridad de tu recuerdo vehemente que aún palpita sin siquiera tener fu553238_448102301910984_45194281_nerzas.

Una vez leí que hay personas de las cuales no te puedes alejar pero, sin embargo, hay que dejarlas ir. Y soy consciente que te haz convertido en mi droga y por eso tengo que soltarte no sólo por mi bien aunque sólo se vea así.

Lo siento, imaginación; siento haber completado a una persona tan incompleta en mi mente y de otra realidad. Ahora sólo me queda dejar volar a mis pensamientos y elevarlos en esta maldita nube rosa que, de rosa, sólo tiene el color; tengo que dejar de engendrar y anclar a ti una personalidad que jamás tendrás.

No sé por qué los días se me vuelven más largos y tediosos, el sol tarda en esconderse y yo desespero; me desespero porque se me escapa tu austero e infame traidor recuerdo porque mi mente ya no puede controlar a este león mal enjaulado que suplica ser libre. Pero tengo que obedecerte, no hay peor castigo que la indiferencia. Y no lo hago simplemente por querer vengarme, si no porque ya me cansé de sentirme como un maldito fastidio, como números entre letras musicales y como Van Gogh cortándose la oreja para su prostituta.

He de reconocer que aún hay canciones que me acarician trayendo tu recuerdo de días gloriosos pero hay otras tantas que traen a flote el pequeño monstruo de cuidado que eres y que yo me tardé en descubrir pero estoy segura que si regresáramos al principio del fin, volvería a llorarte igual o tal vez más.

Y, una vez antes de conocerte, mientras me jactaba de mi corazón de piedra y reía de los enamorados, alguien me dijo que si me enamoraba era consciente de que le daba a esa persona la autoridad de hacerme daño y eso me asustaba mucho; y a quién no, dije para mis adentros.

Mírame ahora, te haz convertido en mi infierno personal.

Siento que te debo un par bastante de abrazos, otro poco más de caricias no para tratar de quererte más, si no para sentirme menos vacía y completa de un surreal él; él que me dijo “te quiero” sin sentirlo, él que me decía dulces sueños sin saber que ya lo eran por él simple hecho de estar ya ahí, él que me enseñó todo de mí y mil más. http://www.youtube.com/watch?v=U1IilAPFpAQ

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