Quiero hablar de ti hablándote a ti a ver si te reconoces, si puedes vislumbrarte entre tantas cosas de las que puedo hablar pensando en ti. Quiero hablar de ti hablándote a ti, para saber si te conoces como yo te conozco; para ver tu sonrisa mientras me descubres y yo gozo del beneficio de la duda. Quiero hablar de ti hablándote a ti no como una meta, sino como un propósito… el propósito de convertir lo momentáneo en eterno. Quiero hablar de ti en una convención de sordos, donde mi única audiencia seas tú, donde pueda buscar tu mirada entre el gentío y la paz me sobrevenga. Quiero hablar de ti hablándote a ti para poder disfrutar de tu mirada soñadora y cobrarme esos abrazos que he reprimido.

No será fácil hablar de ti hablándote a ti, el temor me jugará en contra y me sentiré desfallecer. Hablar de ti hablándote a ti implicaría muchas cosas… abrir mi mente y corazón a totalidad y hacer que se fusionen; hacer que la sinceridad me posea y ser víctima de mi imaginación que es mi clavo y martillo. Hablar de ti hablándote a ti puede ser mi destrucción pero también mi pase al paraíso, lo que concluye en mi actual estadía en el limbo que es esta duda del ¿me querrá o no me querrá?
Quiero hablarte de ti, cariño, para decirte y que te des cuenta que soy el poema de Sabines en carne y hueso, porque “No es que muera de amor, muero de ti. Muero de ti, amor, de amor de ti, de urgencia mía de mi piel de ti, de mi alma, de ti y de mi boca y del insoportable que yo soy sin ti” Quiero hablarte de ti hablándote a ti para saber si algo finaliza o algo comienza; si sientes algo de lo que yo te digo torpe y tácitamente en este escrito o, si por el contrario, nada nos une más que miradas dadas, conversaciones ocultas y sonrisas de media noche.
Muero por hablar de ti hablándote a ti porque es mi gran excusa… buscarte, escribirte, llamarte, pensarte. Podría comenzar diciéndote algo común, pero que aplica en mi situación; te diría que te has convertido en mi libro favorito, que cambié esas historias que leía cuando el insomnio atacaba por las mil imágenes mentales tuyas que tenía almacenadas: tu sonrisa, tu tono de voz, tu mirada, esa forma que tienes de hablar cuando te pones serio, tu postura, tus manos… y podría seguir escribiendo todo o que me llama de ti pero lo creo poco prudente. Pero, por sobre todo, te hablaría de ti por tu forma de ser, cariño, que es lo que me hace regresar como una mariposa siguiendo la luz. Podría seguir poniéndome romántica pero mi propósito es ser realista.
Espero poder un día hablar de ti hablándote a ti, recitándote un poema de Keats al terminar una obra en el teatro, cantando esas canciones que cobraron sentido desde que te conocí, sintiéndome cómoda con cada cosa que te digo. Espero poder un día hablar de ti hablándote a ti, con total conocimiento que sabes que eres tú de quien hablo, dejándote inmortalizar en mis letras… pero, por sobre todo, teniéndote a mi lado.


0 hh!:

Publicar un comentario

 

Copyright © 2013 Mucha mierda y un café | Design by Tuwet.com