Y los días
los convertiré
en semanas y las semanas en meses para seguir ahogada de esta dulzura pasajera
que me dejaste; porque esos segundos fueron minutos, y los minutos horas, y las
horas fueron días
de felicidad que me generaron una sonrisa capaz de comerse al mundo entero y
que rozó
el cielo con la punta de los dedos. Porque, así como dice mi querido Benedetti, un
minuto basta para soñar
toda una vida... Así
de relativo es el tiempo.
0 hh!:
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