Mañana hará frío, lo presiento. Me he rendido; no hay música, las luces están encendidas, pero me he rendido; no es mi cuaderno ni lapicero de siempre, pero me he rendido; deseaba no escribirte, me hice una muy clara prohibición tácita de no escribirte, pero mañana hará frío. La luna tintinea desollando tristeza en medio de un cielo cuarteado de nubes que desearía borrar. Un olor, una canción, una foto, mil pseudorecuerdos y me he rendido. De seguro le haces el amor ahora mismo. Mañana hará frío y eso me asusta y tú, ¿dónde estás para protegerme?
Me engaño, no es el mismo lugar, no hay música, no hay cuaderno ni lapicero pero sobran deseos de escribirte y me he rendido. Me vuelvo a engañar, soy feliz, no soy la que soy pero rio de felicidad. Me vuelvo a engañar; él dice que me quiere, tiene una mascota preciosa y la quiero, a él lo aprecio. Él dice que me quiere y ha visto cosas en mí que yo busco en él, que busqué y encontré en ti. Me engaño una vez más, he de confesar con esta valentía de la sinrazón que me siento sola con tanta gente con la que rio y eso me hace extrañarte, odio extrañarte, me odio por extrañarte tanto y lloro hasta la desesperación. He pensado en mil formas de volver a ser la misma que era antes de ahondarme en ti, ¿recuerdas mi lema?: “Nada te toca, nada te hiere”. Pero es como si me hubieses dejado un hueco en el pecho, y juro por Dios que no miento al decir eso, pero me dejaste vulnerable, me dejaste queriendo querer, sabiendo que puedo querer y ser querida, sabiendo que puedo quererte y ser querida… pero no por ti.
Me engaño por última vez, prometo que será por última vez. La cuota de valentía que dejaste en mí ya ha expirado y juro que no me importa nada, quiero recordar mi vida de antes, la estoy recordando porque tu cuota en mí ya está extinta, tengo las pastillas, las navajas afiladas, la desorientación al cruzar la pista y las ganas de volver a salir a encontrarme a mí misma a punto de activarse. Puede que al final de ese infierno te vuelva a encontrar… puede que.
Mañana hará frío y es mejor que tenga listo el café. Hay dos canciones que rondan el panal de abejas que tengo por mente: “When I was your man” y “después de ti”; justo ahora aparece la fatal y desgarradora “no puedo dejarte de amar”. Por momentos juro que te olvido y realmente soy feliz… por momentos. Puede que al final de ese infierno que quiero volver a vivir te vuelva a encontrar… puede que.
0 hh!:
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