Se puede escribir tan solo de dos maneras: con el corazón rebosante de amor y lleno de mil colores o con el mismo astillado y agitado de dolor. En estos momentos me involucro con el segundo caso y en doble porción… Nunca antes en mi puta vida había sentido tanto temor de entregarme a las letras, encadenarme a ellas y mezclarme volviéndolas a convertir en el látigo que me acerca a la muerte.
Sábado 10 de agosto de 2013, 2.39 am, mi reproductor musical toca una vez más “Make you feel my love” (A) y vuelvo a dibujar tu sonrisa en ese letargo mental que me produce tu recuerdo. Por la csm cómo odio quererlo, carajo! Lo odio con todo este amor que expulsa ideas delirantes en medio de esta tímida madrugada, lo odio por todo este amor que no merecer tenerlo como destinatario, lo odio como lo amo, así de fuerte e idiota por voluntad propia, lo odio para ya no amarlo. Lo odio porque intento odiarlo, porque es lo que genera en mí, porque es lo que se merece, porque ya no sé si siquiera se merece eso. Lo odio porque ya no quiero amarlo, porque odiarlo es una prueba de que realmente lo he querido, así como dice ese vals peruano “y sé de acuerdo a la experiencia que tan solo se odia lo querido”. Lo odio para sentir que aunque sea algo me sigue uniendo a usted que de vez en cuando fue rima, poesía y canción.
Pero lo odio odiándome a mí misma, odiándome hasta aborrecerme, aborrecerme para olvidarlo, olvidarlo para recordarlo y recordarlo para volverlo a odiar.
Maldita lectura de hoy que me hizo sentir débil, sensible, frágil y volver a pensarlo, malditas letras una vez más por surgir del aire y por las cuales no quiero morir ahogada.
La gente cree que un alma gemela es la persona con la que encajas perfectamente, que es lo que quiere todo el mundo. Pero un alma gemela auténtica es un espejo, es la persona que te saca todo lo que tienes reprimido, que te hace volver la mirada hacia adentro para que puedas cambiar tu vida. Una verdadera alma gemela es, seguramente, la persona más importante que vayas a conocer en tu vida, porque te tira abajo todos los muros y te despierta de un porrazo.
Si pudiera elegir un epitafio para nuestra historia sería, definitivamente, ese. Por algo no concluye con el fueron felices para siempre… malditas princesas y su estúpida idealización mal armada.
3. 30 am y la madrugada se ha vuelto pesada y mi mente ha retornado buscando mi lenta agonía recordándome detalles mínimos de los pocos momentos que pasamos juntos caminando lado a lado, de los momentos en que reír nos volvía infinitos, donde un cigarro era el verso que rimaba entre nosotros y momentos en lo que, por lo menos para mí, todo absolutamente todo se volvía jodidamente alternativo.
3. 41 am ya y no sé con cuál de todas las frases que azotan mi mente debo terminar. Lo triste de todo es que me torturo pensando en lo que podríamos haber hecho juntos, las noches interminables bajo la luna de cuarto menguante, cigarrillos en la banca de aquel parque, café en las cafeterías que recorría pensando en ti. Me atormenta nuevamente el “que hubiera pasado si”, me lastima mi imaginación hiperactiva que voló imaginándonos siendo todo partiendo de la nada; dima, cariño bonito, ¿no se te cruza por la mente esa simple idea de nosotros dos, tomados de la mano, abrazados, pasándonos el humo, queriéndonos hasta el fin de lo eterno, saltando sobre los charcos que reflejan la luna que deja la lluvia y extasiándonos con su olor?
Ya pasó más de una semana de mi decisión final y te sigo teniendo atravesado en el alma… no te vas. Dicen que poco a poco. Poco a poco qué? Poco a poco nada! Poco a poco muero más, mi cerebro se desangra; he intentado hacer de todo, hasta dejar de escribir para no pensarte y mírame! … no logro ni un carajo.
Juro solemnemente que si incluso aún, a este punto, llegara a divisar un poco de interés que satisfaga mis bajas expectativas de cariño, mandaría mi decisión a la mierda y me la jugaría una vez más por ti, por bailar de tu mano bajo la lluvia con los brazos extendidos, por enseñarte el toque de dulce y amargo que me gusta en el café y aprender del tuyo, y por regalarte una vez más siquiera un libro para el recuerdo. Pero, ¿qué puedes hacer cuando a tu dolor le ha crecido un corazón y este ha comenzado a sentir? NADA. Por lo menos alguien está siendo feliz con lo que a mí me hubiera gustado serlo.
Pero continuaré en mi decisión cobarde de huir, es lo único que me queda por hacer para espantar a este horrible y deprimente amor. ¿Cómo es que te puedes sentir bien después de generar tanto amor en una persona y no cobrarlo? ¿No te sientes vacío ni en lo más mínimo?
4. 56 am y guardo la esperanza de quererte cada vez un poco menos. Intento ser racional, medir la conexión entre mis dedos y pensamientos pero ya es un poco tarde y yo sólo quiero odiarte. Mi filofobia que tú trajiste abajo me reclama odiarte porque yo no tuve miedo de demostrarte todo.
Tan solo gracias. Conversando contigo fui feliz sin saberlo y ahora me alegra mirar hacia atrás. Fui feliz meses en los que solía escabullirme de la gente, tiempo en el que conversábamos casi siempre, fui feliz caminando contigo, compartiendo madrugadas de sinceridad, cigarrillos y otras raras adicciones. Como te dije, gracias por encontrarme piedra y devolverme como nube.
Y me voy nuevamente de ti, de tu vida, de tu mente, de ti, de tu mente otra vez, de tus madrugadas acompasadas bajo canciones con mucho y nada de sentido. Me voy pero, como de costumbre, me voy siempre queriendo decirte algo más.
Ya va a pasar, ya va a pasar… fue el consejo repetitivo de un amigo y comienzo a tenerle fe.
5.16 am y quiero volver a ser la misma que fui antes de ti: mente en blanco, cabeza arriba y gobernada soberanamente por mi frase “nada te toca, nada te hiere” que declinó ante tu presencia. Sólo te pido recuerdes lo que solíamos ser siendo nada si es que para ti llegué a significar algo. Mis brazos siempre se sentirán vacíos de ti.
5. 24 am y duele ver como tu autodenominación terminó volviéndose cierta. Adiós, “Carlitos”… Adiós, mi querido amigo imaginario :’)
http://www.youtube.com/watch?v=av5QEK4t2E0
0 hh!:
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